A lo largo de la infancia y adolescencia los niños se enfrentan a múltiples situaciones que, en ocasiones, no logran resolver por sí mismos. El objetivo es dotarlos de las habilidades que necesitan para interpretar y enfrentarse de forma satisfactoria a las situaciones de su vida diaria.
Se busca mejorar su calidad de vida y fomentar su desarrollo social y emocional de forma cercana y divertida.
¿Cómo se si mi hijo necesita un psicólogo?
A veces dudamos su nuestro hijo o hija necesita acudir a un profesional de la salud mental.
Normalmente, son los propios padres quienes detectan algún comportamiento disruptivo o fuera de lo común en sus hijos, aunque en ocasiones, la voz de alarma puede provenir del centro educativo.
Ante la sospecha de pensamientos, conductas o emociones que puedan interferir en el desarrollo social, familiar o educativo de los niños conviene consultar con un especialista que nos asesore.
Algunas de las señales que debemos tener en cuenta son:
- Cambio repentino de la conducta.
- Empeoramiento significativo o repentino en el rendimiento escolar.
- Dificultades en la lectura y en la escritura.
- Aislamiento de sus compañeros de clase, familiares o amigos.
- Impulsividad excesiva.
- Problemas con el control de los esfínteres.
- Negativa a comer.
- Problemas de aprendizaje o de atención.
- Ansiedad ante la separación con los padres.
- Obsesiones excesivas.
¿Cómo se lleva a cabo la terapia?
Entrevista inicial
El primer paso para llevar a cabo la intervención infanto-juvenil es reunirse con los padres para realizar una entrevista inicial con el objetivo de recabar información relevante y conocer y situarse en el contexto familiar y de su entorno.
Recomendación y objetivos
Tras esa reunión se recomendará la intervención mas adecuada a las necesidades específicas de cada menor y se marcaran los objetivos esperables en la terapia.
Participación
A lo largo de todo el proceso de terapia, la participación del padre/madre o tutor será muy importante, teniendo las sesiones que sean necesarias con ellos para llevar a cabo la intervención de una manera efectiva.
Sesiones personalizadas
Las sesiones siempre se adaptarán a cada caso en concreto, pudiendo ser individuales, con los progenitores o combinadas, buscando siempre mejorar la situación y dotar a los padres de la información y herramientas necesarias en cada caso.
¿Qué trata un psicólogo infantil?
Problemáticas que se abordan desde la psicología infanto-juvenil
La psicología infanto-juvenil se encarga del estudio de los aspectos cognitivos, emocionales y conductuales del niño desde el nacimiento hasta la adolescencia tardía.
Además de entender y abordar las necesidades de los niños, resulta también necesario llevar a cabo una intervención en el clima familiar, ya que es un factor fundamental en la psicología infantil.
La psicología infanto-juvenil también se encarga de analizar las fortalezas y debilidades a nivel cognitivo del niño en cada etapa del desarrollo, utilizando para ello una valoración neurocognitiva.
Beneficios de la terapia
- Ayuda en el reconocimiento e identificación de emociones.
- Dota de las estrategias necesarias para una adecuada gestión emocional.
- Incrementa la capacidad de expresión emocional.
- Ayuda en la adquisición y mejora de habilidades sociales y de comunicación.
- Fortalece la autoestima y confianza en sí mismos.
- Brinda apoyo a las familias.
- Previene problemas futuros.
- Promueve el bienestar a largo plazo.
- Mejora el rendimiento académico.
Intervención en niños y adolescentes
A lo largo de la infancia y adolescencia los niños se enfrentan a múltiples situaciones que, en ocasiones, no logran resolver por sí mismos. El objetivo es dotarlos de las habilidades que necesitan para interpretar y enfrentarse de forma satisfactoria a las situaciones de su vida diaria.
Se busca mejorar su calidad de vida y fomentar su desarrollo social y emociona, de forma cercana y divertida.
Un paso fundamental para iniciar y llevar a cabo la intervención infanto-juvenil es generar un ambiente de seguridad y confianza para los niños, para ello, se realiza la terapia lúdica, adaptada a la edad y necesidades de cada niño.
¿Cómo se si mi hijo necesita un psicólogo?
A veces dudamos su nuestro hijo o hija necesita acudir a un profesional de la salud mental.
Normalmente, son los propios padres quienes detectan algún comportamiento disruptivo o fuera de lo común en sus hijos, aunque en ocasiones, la voz de alarma puede provenir del centro educativo.
Ante la sospecha de pensamientos, conductas o emociones que puedan interferir en el desarrollo social, familiar o educativo de los niños conviene consultar con un especialista que nos asesore.
Algunas de las señales que debemos tener en cuenta son:
- Cambio repentino de la conducta.
- Empeoramiento significativo o repentino en el rendimiento escolar.
- Dificultades en la lectura y en la escritura.
- Aislamiento de sus compañeros de clase, familiares o amigos.
- Impulsividad excesiva.
- Problemas con el control de los esfínteres.
- Negativa a comer.
- Problemas de aprendizaje o de atención.
- Ansiedad ante la separación con los padres.
- Obsesiones excesivas.
¿Cómo se lleva a cabo la terapia?
Entrevista inicial
El primer paso para llevar a cabo la intervención infanto-juvenil es reunirse con los padres para realizar una entrevista inicial con el objetivo de recabar información relevante y conocer y situarse en el contexto familiar y de su entorno.
Recomendación y objetivos
Tras esa reunión se recomendará la intervención mas adecuada a las necesidades específicas de cada menor y se marcaran los objetivos esperables en la terapia.
Participación
A lo largo de todo el proceso de terapia, la participación del padre/madre o tutor será muy importante, teniendo las sesiones que sean necesarias con ellos para llevar a cabo la intervención de una manera efectiva.
Sesiones personalizadas
Las sesiones siempre se adaptarán a cada caso en concreto, pudiendo ser individuales, con los progenitores o combinadas, buscando siempre mejorar la situación y dotar a los padres de la información y herramientas necesarias en cada caso.
¿Qué trata un psicólogo infantil?
La psicología infanto-juvenil se encarga del estudio de los aspectos cognitivos, emocionales y conductuales del niño desde el nacimiento hasta la adolescencia tardía.
Además de entender y abordar las necesidades de los niños, resulta también necesario llevar a cabo una intervención en el clima familiar, ya que es un factor fundamental en la psicología infantil.
La psicología infanto-juvenil también se encarga de analizar las fortalezas y debilidades a nivel cognitivo del niño en cada etapa del desarrollo, utilizando para ello una valoración neurocognitiva.
Problemáticas que se abordan desde la psicología infanto-juvenil
- Problemas de conducta
- Transtornos del neurodesarrollo (del espectro autista)
- Dificultades de aprendizaje o dislexia
- Hiperactividad o problemas de atención (TDAH, TDA)
- Depresión, ansiedad u obsesiones
Beneficios de la terapia
- Ayuda en el reconocimiento e identificación de emociones.
- Dota de las estrategias necesarias para una adecuada gestión emocional.
- Incrementa la capacidad de expresión emocional.
- Ayuda en la adquisición y mejora de habilidades sociales y de comunicación.
- Fortalece la autoestima y confianza en sí mismos.
- Brinda apoyo a las familias.
- Previene problemas futuros.
- Promueve el bienestar a largo plazo.
- Mejora el rendimiento académico.
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Intervención en niños y adolescentes
A lo largo de la infancia y adolescencia los niños se enfrentan a múltiples situaciones que, en ocasiones, no logran resolver por sí mismos. El objetivo es dotarlos de las habilidades que necesitan para interpretar y enfrentarse de forma satisfactoria a las situaciones de su vida diaria.
Se busca mejorar su calidad de vida y fomentar su desarrollo social y emociona, de forma cercana y divertida.
Un paso fundamental para iniciar y llevar a cabo la intervención infanto-juvenil es generar un ambiente de seguridad y confianza para los niños, para ello, se realiza la terapia lúdica, adaptada a la edad y necesidades de cada niño.
¿Cómo se si mi hijo necesita un psicólogo?
A veces dudamos su nuestro hijo o hija necesita acudir a un profesional de la salud mental.
Normalmente, son los propios padres quienes detectan algún comportamiento disruptivo o fuera de lo común en sus hijos, aunque en ocasiones, la voz de alarma puede provenir del centro educativo.
Ante la sospecha de pensamientos, conductas o emociones que puedan interferir en el desarrollo social, familiar o educativo de los niños conviene consultar con un especialista que nos asesore.
Algunas de las señales que debemos tener en cuenta son:
- Cambio repentino de la conducta.
- Empeoramiento significativo o repentino en el rendimiento escolar.
- Dificultades en la lectura y en la escritura.
- Aislamiento de sus compañeros de clase, familiares o amigos.
- Impulsividad excesiva.
- Problemas con el control de los esfínteres.
- Negativa a comer.
- Problemas de aprendizaje o de atención.
- Ansiedad ante la separación con los padres.
- Obsesiones excesivas.
¿Cómo se lleva a cabo la terapia?
Entrevista inicial
El primer paso para llevar a cabo la intervención infanto-juvenil es reunirse con los padres para realizar una entrevista inicial con el objetivo de recabar información relevante y conocer y situarse en el contexto familiar y de su entorno.
Recomendación y objetivos
Tras esa reunión se recomendará la intervención mas adecuada a las necesidades específicas de cada menor y se marcaran los objetivos esperables en la terapia.
Participación
A lo largo de todo el proceso de terapia, la participación del padre/madre o tutor será muy importante, teniendo las sesiones que sean necesarias con ellos para llevar a cabo la intervención de una manera efectiva.
Sesiones personalizadas
Las sesiones siempre se adaptarán a cada caso en concreto, pudiendo ser individuales, con los progenitores o combinadas, buscando siempre mejorar la situación y dotar a los padres de la información y herramientas necesarias en cada caso.
¿Qué trata un psicólogo infantil?
La psicología infanto-juvenil se encarga del estudio de los aspectos cognitivos, emocionales y conductuales del niño desde el nacimiento hasta la adolescencia tardía.
Además de entender y abordar las necesidades de los niños, resulta también necesario llevar a cabo una intervención en el clima familiar, ya que es un factor fundamental en la psicología infantil.
La psicología infanto-juvenil también se encarga de analizar las fortalezas y debilidades a nivel cognitivo del niño en cada etapa del desarrollo, utilizando para ello una valoración neurocognitiva.
Problemáticas que se abordan desde la psicología infanto-juvenil
Beneficios de la terapia
- Ayuda en el reconocimiento e identificación de emociones.
- Dota de las estrategias necesarias para una adecuada gestión emocional.
- Incrementa la capacidad de expresión emocional.
- Ayuda en la adquisición y mejora de habilidades sociales y de comunicación.
- Fortalece la autoestima y confianza en sí mismos.
- Brinda apoyo a las familias.
- Previene problemas futuros.
- Promueve el bienestar a largo plazo.
- Mejora el rendimiento académico.
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